Psoriasis > ¿Por qué me siento así? Impacto de la psoriasis
Los trastornos psiquiátricos y afecciones de la piel tienen una relación bien establecida en la medicina. Aunque aún no se han logrado identificar todos los vínculos que las asocian, se sabe que la depresión en las personas con psoriasis puede estar influenciada por diversos factores.
La psoriasis, al afectar a la piel, se convierte en una enfermedad visible, hecho que puede generar en quienes la padecen preocupación por su aspecto físico, baja autoestima, vergüenza, estigmatización y aislamiento social. Más aún, la psoriasis es, a menudo, asociada a problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión.
Un estado de ánimo deprimido tiene, a su vez, efectos contraproducentes en la persona con psoriasis, que puede descuidar su bienestar al adoptar hábitos de vida que pueden agravar sus lesiones cutáneas. Así, las personas con psoriasis, cuando presentan síntomas depresivos, tienden a desarrollar un estilo de vida nocivo, adquiriendo hábitos poco saludables como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o la inactividad física, y tienen poca adherencia al tratamiento.
Casi el 80% de las personas afirma haber experimentado una disminución de su bienestar emocional, de su capacidad para relacionarse en el entorno social y de su productividad en el trabajo o en la escuela, entre otros.
Debido a esto, para que el tratamiento de la psoriasissea eficaz, tiene que ser multidimensional, es decir, se debe tener en cuenta tanto la salud física, como la psicológica y la psicosocial.
Se estima que entre un 20% y un 30% de las personas con psoriasis desarrollan depresión, mientras que los trastornos de ansiedad son frecuentes en un 43%. La prevalencia de este tipo de enfermedades psicológicas es mayor entre las personas con psoriasis que entre la población general o entre las personas que sufren otras enfermedades visibles en la piel.
El apoyo psicológico y/o psiquiátrico puede ayudar a estas personas amejorar su salud mental.
El estrés es uno de los desencadenantes más habituales de la psoriasis, al tiempo que los brotes psoriásicos pueden resultar estresantes. Para contrarrestarlo, puede ser útil adquirir técnicas de relajación y adoptar estrategias que permitan gestionarlo. Puede resultar beneficioso buscar apoyo en los seres queridos o acudir a asociaciones de pacientes.
La psoriasis puede afectar la vida íntima de los pacientes, ya sea por las molestias ocasionadas por la propia enfermedad cuando sus lesiones se manifiestan en la zona genital, o bien por el impacto que tiene en la imagen corporal del afectado. No en vano, la vergüenza, la inseguridad y el temor al rechazo por parte de otras personas pueden dificultar las relaciones sexuales.
Por todo ello, las personas con psoriasis pueden comunicar a su médico cualquier duda sobre este tema, sin avergonzarse. La psoriasis no debería ser ningún impedimento para disfrutar de una actividad sexual plena.
Para lograrlo, es fundamental que el afectado genere relaciones de confianza que le permitan perder el miedo a mostrarse, incluso en los momentos en que estén activas las lesiones, fomentando el diálogo y la complicidad de la pareja.
Conviene que las personas con psoriasis traten en lo posible de adaptar su deseo sexual a su condición física. Algunas medidas que pueden emplear para lograrlo son:
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