Debido a la gran variedad de manifestaciones de la enfermedad, el diagnóstico de la artritis psoriásica puede ser complicado. Los síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades articulares, sobre todo, si todavía no se han presentado lesiones cutáneas. En efecto, aunque lo más frecuente es que la enfermedad de la piel aparezca antes que la articular, ambas condiciones suelen comenzar por separado, por lo que podría ocurrir que la artritis se manifestase primero que las lesiones de la piel o de las uñas.
Podemos decir que no hay una única manera para llegar a un diagnóstico claro, pero lo normal es que el profesional sanitario solicite algunas pruebas diagnósticas.
Para obtener un correcto diagnóstico de la artritis psoriásica, puede ser necesario realizar las siguientes pruebas:
Como la radiografía para buscar daño en articulaciones y huesos, la resonancia magnética (RM), la tomografía axial computarizada (TAC) o la ecografía si se necesitan estudios con más detalle.
Estos análisis pueden ser útiles para ayudar a descartar otros tipos de artritis, y también para valorar los niveles de inflamación o de anemia causada por la inflamación.
En algunos casos de difícil diagnóstico, puede ser necesario realizar al paciente biopsias tanto cutáneas como articulares.
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