La artritis psoriásica se caracteriza por periodos de remisión y brotes, es decir, disminución y aumento de la actividad de la enfermedad.
Entre un 25% y un 30% de las personas padecen una inflamación articular relativamente leve, pero hasta el 60% presenta un daño progresivo, erosivo y deformante de las articulaciones.
Algunas personas con artritis psoriásica pueden sufrir poliartritis, esto es, el daño progresivo de muchas articulaciones debido a la inflamación. Esta condición puede traducirse en una pérdida de movilidad importante.
En otros casos, la enfermedad puede afectar a toda la columna vertebral y se denomina espondiloartritis asociada a la psoriasis.
Alrededor de un 5% de las personas con artritis psoriásica presentan artritis mutilante. Se trata de una deformidad articular grave que se produce, generalmente, en las pequeñas articulaciones de manos y pies. Es considerada la variante de artritis psoriásica más grave, y es habitual que se produzca un acortamiento del dedo (dedo “en telescopio”). Es esencial que el paciente sea diagnosticado precozmente, dada la importancia de comenzar un tratamiento adecuado lo antes posible para evitar complicaciones.
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